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Sáb, Oct

Educación

En medio de las tensiones por el debate sobre el Presupuesto 2025, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, desestimó la importancia de que el Congreso apruebe la propuesta del Ejecutivo, asegurando que al presidente Javier Milei “no le preocupa” la posibilidad de un bloqueo legislativo.

Francos sostuvo que, de ser necesario, se prorrogaría el Presupuesto 2023 como medida alternativa, mostrando una alarmante indiferencia hacia el proceso democrático y las instituciones representativas. “Siempre es una posibilidad”, afirmó, minimizando las consecuencias de operar con un presupuesto desactualizado y ajeno a las necesidades actuales del país.

Mientras el proyecto se discute en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Francos dejó en claro que el Gobierno no está dispuesto a dialogar ni a considerar ajustes que reflejen las preocupaciones de distintos sectores. “Si no se aprueba, quedará vigente el Presupuesto anterior con las actualizaciones que correspondan”, explicó, evidenciando una falta de voluntad para construir consensos y atender las urgencias sociales.

Desfinanciamiento de la educación pública y desdén hacia las universidades

Otro tema crítico que abordó Francos fue el reciente veto a la Ley de Financiamiento Universitario, que ha desatado fuertes críticas y legítimos reclamos desde el sector educativo. A pesar de las evidencias y el clamor de la comunidad académica, el jefe de Gabinete negó que el gobierno de Milei esté desfinanciando la educación pública. "El Gobierno es un promotor de la educación pública", declaró, en un intento poco convincente de acallar las justas protestas de múltiples instituciones universitarias.

En una postura que refleja un preocupante desinterés por la educación superior, Francos insinuó que detrás de las manifestaciones podría haber un “movimiento político contra el Gobierno”, deslegitimando así las auténticas preocupaciones sobre el futuro de la educación pública. "Yo les diría a quienes en serio están planteando el tema de la educación: quédense tranquilos, el Gobierno nacional no quiere en absoluto desfinanciar la educación pública", sostuvo, ignorando las consecuencias reales que sus medidas generan en el sistema educativo.

Recortes disfrazados de eficiencia y amenaza a la calidad educativa

Francos también defendió la controvertida postura del Gobierno respecto al financiamiento universitario, subrayando que el objetivo es que el gasto sea "más eficiente". Sin embargo, esta retórica suele ser utilizada para justificar recortes que afectan directamente la calidad y el acceso a la educación. “El Gobierno quiere que el gasto sea más eficiente, porque a veces se habla de que no es gasto, es inversión”, señaló, intentando modificar la narrativa y minimizar el impacto negativo de las políticas implementadas.

Finalmente, intentó suavizar la situación afirmando que no se trata de un "ataque" a las universidades, sino de garantizar un uso efectivo de los recursos. "Que el gasto que se hace en la universidad pública sea eficiente. Que realmente se esté apoyando a las universidades que proveen a los argentinos de profesionales preparados", remarcó, dejando entrever una falta de confianza en las instituciones actuales y poniendo en duda su contribución al país.

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