La disparada de los precios de los medicamentos en Argentina ha alcanzado niveles alarmantes, con aumentos que los sitúan hasta un 900% más caros que en países como España y Estados Unidos.
Este abismal contraste, evidenciado en una comparación reciente de precios de una canasta de diez medicamentos en cinco países, hace que la vida de la población sea cada vez más costosa.
Por ejemplo, el diclofenac, en su presentación de 75 mg x 10 unidades del laboratorio Montpellier, tiene un precio en Argentina de $9.337. En contraste, en España, el mismo medicamento (aunque en una presentación de 75 mg x 6) cuesta $2.558, lo que equivale a un 265% menos. En Estados Unidos, la misma dosis en su versión genérica cuesta $6.150, es decir, un 51% menos que en Argentina.
Esta tendencia no es exclusiva del diclofenac. El ibuprofeno, en su presentación de 500 mg x 30 unidades de Genomma, cuesta $6.790 en Argentina. En España, la misma dosis (aunque en una presentación de 500 mg x 20) tiene un precio de $922,5, lo que implica que es un 635% más barato. En Perú, el costo es un 982% menor.
Otro caso relevante es el de la loratadina, utilizada comúnmente para tratar alergias. En Argentina, la presentación de 10 mg x 10 unidades del laboratorio Montpellier cuesta $7.270. Sin embargo, en España, la versión de 10 mg x 20 unidades de Teva Pharma tiene un precio de $4.280, un 70% más barato que en el país. En Colombia y Perú, las diferencias alcanzan el 274% y 146% respectivamente.
Con la inflación disparada y la devaluación de la moneda, los ciudadanos no solo enfrentan precios exorbitantes en bienes y servicios, sino que ahora deben hacer frente a una verdadera emergencia en el acceso a tratamientos médicos básicos. La situación plantea serias preocupaciones sobre la asequibilidad y disponibilidad de medicamentos esenciales para la población.
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