El intendente de Castelli, Francisco Echarren, fijó los precios de la carne un 60% más bajos que los valores de mercado en respuesta a la aceleración de la inflación desde la asunción de Javier Milei como presidente. Esta medida busca facilitar las celebraciones de fin de año, especialmente aquellas que incluyen el tradicional asado argentino.
A partir de esta iniciativa, un kilo de asado estará disponible en el municipio por $2.900, en comparación con los $5.500 que se registraban en una cadena de supermercados reconocida. Echarren justificó esta decisión como un acto de defensa hacia los trabajadores y la población afectada por las políticas económicas implementadas a nivel nacional.
El intendente expresó su rechazo a la devaluación y al aumento desmedido de precios, afirmando que la prioridad es defender a la gente. Enfatizó que esta acción es un "grito de rebeldía" ante la situación económica y que, desde su perspectiva, la libertad del mercado debe ceder ante la protección de los ciudadanos.
Echarren detalló que el municipio adquirirá directamente la carne a los productores, realizará la faena en una empresa local con el adelanto de impuestos futuros y suministrará la carne a las carnicerías locales habilitadas. Esta intervención busca apoyar a las carnicerías locales y contrarrestar la caída en las ventas que ha afectado a la economía de la región.
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