La reciente presentación de los nuevos iPhones por parte de Apple, con un gran énfasis en su sistema de inteligencia artificial (bautizado como Apple Intelligence), generó una reacción sorprendentemente tibia en el mundo de la tecnología.
Contrario a lo que Apple esperaba, los consumidores no parecen tan emocionados. De hecho, la caída del valor de sus acciones—más de cien mil millones de dólares—es un testimonio de que la estrategia no logró captar el entusiasmo que usualmente acompaña a los lanzamientos de la compañía de Cupertino.
Pero, ¿por qué la inteligencia artificial, que durante años ha sido considerada la vanguardia tecnológica, ahora parece causar más bostezos que asombro? El blog The Media Copilot lo describe como la superación de la "fase de asombro". Hace un par de años, nos maravillábamos con las habilidades de ChatGPT o DALL-E, pero hoy las expectativas son mucho más altas. Ahora, la IA debe demostrar que puede ser verdaderamente útil y productiva, y no solo una novedad.
Apple y la carrera por la IA: un desafío financiero
La presión sobre Apple es evidente. En un mercado donde gigantes como Google, Microsoft y OpenAI están redoblando su apuesta por la IA, Apple necesita justificar la inversión que, según Forbes, está muy lejos de recuperarse. Se estima que a la industria le faltan 500.000 millones de dólares para igualar lo gastado en hardware y software de IA, y las ganancias proyectadas de 100.000 millones en 2024 parecen insuficientes. Entonces, ¿qué puede hacer Apple para que los consumidores consideren que su inteligencia artificial vale la pena?
¿Venta difícil?
Antes de este auge de la IA, Apple ya había intentado posicionarse como líder en la tecnología de realidad virtual y el Metaverso. Pero tras el limitado impacto del Vision Pro, y con el Metaverso siendo apenas mencionado en su más reciente evento, está claro que las empresas tecnológicas están buscando la próxima gran cosa. En ese sentido, la IA parece ser la nueva apuesta. Sin embargo, las funciones basadas en inteligencia artificial que prometen estos nuevos iPhones, como el asistente para editar fotos o escribir correos, no han generado el impacto deseado. Algo está fallando.
Un botón, ¿mejor que la IA?
Irónicamente, lo que sí logró captar un poco de atención no fueron los avances en inteligencia artificial, sino un nuevo botón de obturador de cámara en el lateral del dispositivo. Si un botón físico parece ser más emocionante que las tan promocionadas funciones de IA, Apple tiene un problema. La compañía solía tener una capacidad casi mágica para lanzar productos que, al instante, se volvían imprescindibles. Pero esta vez, los consumidores no están tan convencidos de que la IA integrada en estos teléfonos sea un argumento lo suficientemente fuerte para actualizarse.
Futuro incierto, pero prometedor
Aunque algunos consumidores no parecen estar listos para pagar por las funciones de IA en los iPhones, Apple todavía tiene una carta bajo la manga. La Inteligencia Visual, una función que permite obtener información en tiempo real apuntando la cámara a cualquier objeto o cartel, es una de las pocas propuestas innovadoras que realmente apuntan hacia el futuro. Aunque esto ya se ha visto en dispositivos Pixel de Google, la promesa de una experiencia más integrada y consciente del contexto parece ser el siguiente paso en el uso de IA en el mundo real.
Conclusión
La introducción de la IA en los nuevos iPhones puede no haber sido tan revolucionaria como se esperaba, pero aún queda potencial por explorar. Tal vez sea necesario ajustar las expectativas. Después de todo, las tecnologías más disruptivas, como el iPod y el iPhone original, tardaron en asentarse antes de cambiar el mundo. La IA aún tiene un potencial increíble, pero quizás la industria necesita hacer una pausa, reconsiderar su enfoque y priorizar lo que realmente hará que esta tecnología sea valiosa para los usuarios cotidianos.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música