Los girasoles, conocidos por seguir al sol a medida que cruza el cielo, han dejado perplejos a los científicos durante mucho tiempo en cuanto a cómo detectan y siguen la luz solar. Un nuevo estudio realizado por biólogos de plantas de la Universidad de California, Davis, publicado en PLOS Biology, ha revelado un mecanismo inesperado y novedoso que difiere de las teorías previas.
La mayoría de las plantas muestran fototropismo, es decir, la capacidad de crecer hacia una fuente de luz. Se creía que el heliotropismo de los girasoles, su habilidad para seguir al sol, se basaba en el mismo mecanismo básico regulado por una molécula llamada fototropina y que responde a la luz en el extremo azul del espectro.
Sin embargo, el estudio reveló un giro inesperado. Los girasoles que crecen al aire libre y siguen al sol mostraron un patrón de expresión génica completamente diferente en comparación con los cultivados en interiores que crecían directamente hacia la luz. No se encontraron diferencias aparentes en la fototropina entre los lados del tallo.
Aunque los investigadores aún no han identificado los genes involucrados en el heliotropismo, han descartado la vía de la fototropina. Sorprendentemente, el bloqueo de diferentes longitudes de onda de luz, como la luz azul, ultravioleta, roja o roja, no tuvo efecto en la respuesta del heliotropismo, lo que sugiere la existencia de múltiples vías que responden a diversas longitudes de onda de luz para lograr el mismo objetivo.
Los girasoles también demostraron una notable capacidad de aprendizaje. Cuando se trasladaron del laboratorio al entorno al aire libre, comenzaron a seguir el sol desde el primer día, acompañado de una explosión de expresión génica en el lado sombreado de la planta. Este comportamiento sugiere una especie de "reconexión" que se produce en respuesta al cambio de entorno.
El descubrimiento no solo arroja luz sobre el misterio del heliotropismo de los girasoles, sino que también tiene implicaciones amplias en la comprensión de cómo las plantas detectan y responden a la luz en su entorno. Además, destaca la importancia de considerar los resultados de investigaciones realizadas en entornos controlados en comparación con el mundo real.
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