Mientras Río Negro enfrenta uno de los peores incendios intencionales en su historia, el Gobierno nacional dilata el envío de fondos para la reconstrucción de las más de 4.000 hectáreas arrasadas por las llamas y las 110 familias que perdieron sus hogares.
A pesar del pedido expreso del gobernador Alberto Weretilneck, la Casa Rosada sigue sin dar una respuesta concreta sobre la asistencia financiera.
Esta mañana, Weretilneck se reunió en Casa Rosada con Lisandro Catalán, viceministro del Interior, para solicitar Aportes del Tesoro Nacional (ATN), eliminados tras la llegada de Javier Milei al poder. La respuesta del Gobierno fue fría: "Vamos a evaluar el pedido y analizar si podemos hacer los desembolsos", afirmaron fuentes oficiales. Mientras tanto, el Consejo Federal de Inversiones ya comprometió $1.000 millones para colaborar con la reconstrucción, evidenciando la falta de voluntad del Ejecutivo nacional.
Un Gobierno ausente ante las emergencias
El caso de Río Negro no es el primero en el que el oficialismo desoye a los gobernadores. Apenas siete días después de asumir, Bahía Blanca sufrió graves inundaciones, y el presidente Milei le dijo a las autoridades locales: "Estoy seguro de que ustedes van a resolverlo con los recursos existentes". En esa oportunidad, el auxilio tampoco llegó desde Nación, sino del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien días atrás también envió brigadistas a Río Negro para combatir los incendios.
Mientras Weretilneck pedía auxilio en Casa Rosada, el presidente Milei se encontraba en su despacho, pero no participó de la reunión. Su prioridad del día fue una cumbre con Jorge Más Santos, principal accionista del Inter de Miami, celebrada horas después de la visita del gobernador patagónico.
El conflicto Nación-provincias se profundiza
La relación entre Milei y los gobernadores sigue deteriorándose, pese a que muchos de ellos fueron claves para la aprobación de medidas económicas del oficialismo. Weretilneck, por ejemplo, ordenó a su diputado Agustín Domingo abstenerse en la votación contra el veto presidencial al aumento jubilatorio, permitiendo que Milei se impusiera en el Congreso. Además, el mandatario rionegrino fue uno de los primeros en apoyar el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), esencial para la instalación de la planta de gas licuado en Argentina.
A pesar de estos gestos, el Ejecutivo parece decidido a romper con las hegemonías provinciales. En este contexto, Karina Milei—la hermana del presidente—recorre el país con la intención de construir un armado político propio, sin depender de los gobernadores.
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