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Mié, Jun

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El intendente de Río Gallegos cuestionó el cierre prolongado del aeropuerto, defendió el rol del Estado y anunció nuevos mercados regionales para apuntalar producción y turismo.

Pablo Grasso, llegó a Caleta Olivia para presentar el nuevo Centro de Información Turística y el Mercado del Atlántico, pero se fue dejando algo más que aplausos y anuncios: un diagnóstico feroz sobre el aislamiento de la provincia, una defensa del Estado presente y una invitación a tejer una Santa Cruz más conectada, productiva y solidaria.

Desde el corazón del centro caletense, el acto fue acompañado por referentes sindicales, académicos y empresarios de toda la región norte, y por autoridades como el intendente de Río Turbio, Darío Menna. Grasso se mostró cómodo en ese ecosistema mixto que articula peronismo territorial, gestión productiva y crítica sostenida al desarme nacional de políticas públicas.

Aeropuerto cerrado, provincia desconectada

Uno de los momentos más punzantes del discurso fue cuando se refirió a la parálisis del aeropuerto de Río Gallegos. “No podemos naturalizar que cierre el aeropuerto casi cuatro meses. Eso rompe la conectividad de nuestras localidades. Viene el Turismo Nacional, el aniversario de la ciudad, llegan los pingüinos a Cabo Vírgenes… y no hay vuelos. Es una locura”, disparó.

Y fue más allá: “Esto implica pérdida de poder adquisitivo y menos acompañamiento de nuestra gente. Por eso lo tenemos que pelear, trabajando de manera unida y constante”. El mensaje estuvo dirigido tanto a Nación como a Provincia, cuyas gestiones hasta ahora han hecho poco por revertir la situación.

Producción con lógica regional

El Mercado del Atlántico, inaugurado en simultáneo con el centro turístico, es parte de una estrategia más amplia que Grasso impulsa desde su municipio: generar nodos productivos descentralizados, impulsar el turismo con rostro local y crear espacios donde el Estado sea facilitador y no barrera.

“Nosotros no venimos a decir qué tiene que hacer Caleta. Venimos a escuchar qué quería Caleta y hacerlo juntos”, remarcó, en una frase que se llevó los aplausos de emprendedores y cooperativas presentes.

Anunció además que el modelo se replicará pronto en Comodoro Rivadavia y Río Grande, consolidando una red comercial patagónica con sello fueguino-santacruceño, alejada del modelo extractivo y centralista que propone el Gobierno nacional a través del RIGI.

Unidad, no marketing

Sobre el final, dejó un mensaje institucional que no pasó desapercibido: “La campaña ya pasó y ahora hay que gobernar para todos. Esta casa no es solamente para averiguar dónde podés ir a comer y dormir, sino para que sepas que no estás solo. Vamos a estar todos juntos para tener una provincia mejor”.

La frase, simple pero efectiva, condensa el espíritu de la jornada: territorialidad, integración y una noción de Estado como herramienta de cohesión social, no como plataforma de ajuste.

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