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Jue, Mar

Economía

Desarrollo: La crisis económica en Argentina continúa mostrando su impacto devastador en el consumo, particularmente en el sector de los supermercados.

Durante el primer semestre de 2024, las ventas en supermercados cayeron un 11.7% en términos reales, comparado con el mismo período del año anterior. Este descenso, uno de los más pronunciados desde el inicio de la pandemia de COVID-19, refleja la profunda contracción del poder adquisitivo de los argentinos y la incertidumbre que rodea al contexto económico actual.

La caída de las ventas no solo afecta a los productos de consumo diario, sino que se extiende a todos los segmentos, desde alimentos básicos hasta productos de limpieza y artículos de cuidado personal. La inflación persistente, que se ha mantenido por encima del 100% interanual, ha erosionado severamente los ingresos de las familias, obligándolas a reducir su consumo a lo estrictamente necesario. Esta situación ha llevado a un cambio en los hábitos de compra, con los consumidores optando cada vez más por marcas económicas y productos en promoción, cuando no prescindiendo completamente de algunos bienes que antes consideraban indispensables.

Además, los supermercados han enfrentado crecientes desafíos para mantener su oferta, con la cadena de suministros afectada por el control de precios y las restricciones a las importaciones. Esto ha generado desabastecimientos periódicos en varios productos, exacerbando la situación para los consumidores.

El sector también ha visto un aumento en las compras a través de medios digitales, con más personas optando por la comodidad y seguridad de las compras en línea. Sin embargo, esta modalidad no ha sido suficiente para compensar la caída general del consumo. Los especialistas advierten que, de no revertirse esta tendencia, las empresas del sector podrían enfrentar serias dificultades para mantener sus operaciones, lo que podría derivar en cierres de sucursales y pérdidas de empleos en el corto plazo.

Por otro lado, el impacto en la recaudación fiscal también es significativo. Menos ventas significan menos recaudación por parte del Estado, lo que agrava aún más las finanzas públicas en un momento de extrema debilidad económica.

En definitiva, la caída del consumo en los supermercados es un reflejo claro de la crisis económica que vive Argentina, con un impacto directo en la vida cotidiana de la población y en la estabilidad del sector comercial​

Palabras clave: crisis de consumo, supermercados, ventas, inflación, poder adquisitivo, recaudación fiscal.