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Mié, May

Economía

En el país donde la carne es más que un alimento, es casi una religión, las estadísticas más recientes revelan una crisis en las mesas Argentinas. Según datos del último marzo, el consumo por persona de carne vacuna se desplomó un 18,5% respecto al mismo período del año anterior. ¿Qué factores han incidido en esta brutal caída? ¿Son los precios los verdaderos culpables de esta situación?

El informe revela que, en marzo de 2024, cada argentino habría consumido en promedio 42,6 kilogramos de carne vacuna durante el año, una cifra que refleja un marcado descenso comparado con los 52,3 kilogramos del año previo. Además, el promedio móvil de los últimos doce meses del consumo aparente de carne vacuna se situó en 50,0 kg por habitante al año, mostrando una disminución del 4,2% con respecto al año anterior.

¿Qué influencia tuvieron los precios en este declive del consumo de carne? Las cifras no mienten: el nivel general de precios al consumidor del Gran Buenos Aires, aunque desaceleró su ritmo de crecimiento en marzo (por tercer mes consecutivo), aún mostró una escalada del 11,5% respecto al mes anterior. Esto sitúa el aumento interanual en un asombroso 289,9%, dejando en evidencia la vertiginosa escalada inflacionaria que azota al país.

El análisis detallado revela que el rubro de 'carnes y derivados' registró un incremento mensual del 9,8%, con aumentos notables en los cortes vacunos, como la paleta (11,9%), el cuadril (10,2%), y la carne picada común (10,1%). Estas cifras muestran un panorama desolador para el bolsillo del consumidor, cuyas opciones se ven cada vez más limitadas ante el alza constante de precios.

Pero, ¿cuáles fueron los cortes más afectados por esta vorágine inflacionaria? La carne picada común encabezó la lista con un incremento anual del 400%, seguida de cerca por la paleta (287,5%), el cuadril (271,6%), y la nalga (271,1%). Incluso cortes tradicionales como el asado no escaparon a esta espiral alcista, con un aumento del 258,4% en el último año.

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