La situación económica actual ha llevado a almacenes, autoservicios, supermercados regionales y cadenas de hipermercados a diseñar estrategias para enfrentar la significativa disminución del consumo, especialmente en el rubro de alimentos y bebidas.
Según datos de CAME, las ventas minoristas de pymes sufrieron una caída del 25,5% anual en febrero, siendo el sector de Alimentos y Bebidas el más afectado con una disminución del 33,3%. Los consumidores han optado por buscar ofertas y productos de segunda y terceras marcas, especialmente en bebidas y carnes.
Los supermercados han respondido a este desafío con promociones y descuentos para incentivar la demanda. Se ha observado un aumento significativo en el uso de tarjetas de crédito, impulsado por promociones bancarias y de billeteras virtuales.
En el caso de las cadenas regionales, Víctor Palpacelli, presidente de FASA, señala que están enfrentando un retroceso del 7% interanual en unidades vendidas, con un incremento notable en los costos operativos. Los consumidores están realizando compras más frecuentes en lugar de adquirir grandes cantidades en una sola visita.
Por otro lado, en el AMBA, los autoservicios están preocupados por el aumento de las tarifas de energía eléctrica, lo que afecta aún más sus márgenes de ganancia. Fernando Savore, de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, destaca la importancia de dar espacio a las mipymes en el rubro de alimentos y adaptarse a las necesidades y posibilidades económicas de los clientes locales.
En resumen, el sector minorista está implementando diversas estrategias para enfrentar la crisis económica y mantener la actividad comercial en un contexto de fuerte caída del consumo.
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