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Lun, Sep

Interés General

En un encuentro directo, los laburantes detallaron la pérdida del poder adquisitivo y el vaciamiento impulsado por el Poder central; Molina prometió respaldo y emergencia vial.

El candidato a diputado nacional por Fuerza Santacruceña recaló en el galpón de Vialidad Nacional. No fue un acto armado, sino una instancia de contacto real con los trabajadores, golpeados por la amenaza de perder su fuente de laburo y por el vaciamiento sistemático del organismo.

El encuentro se produjo justo en el cambio de turno. Allí, los laburantes —más cansados que dolidos— narraron el cuadro: rutas sin mantenimiento a la deriva y falta de insumos mientras las partidas de gasoil se desplomaron un 80 %. Hubo mate y bizcochitos, pero también declaraciones duras: “Firmaron eso y no tiene ningún sentido... es muchísimo más caro ir a buscar la sal hasta allá cuando antes la teníamos a 70 kilómetros. Algo no cuadra”.

Y como suele ocurrir, la cuestión no fue sólo logística. También política. El respaldo de Molina llegó con palabras cálidas: “Sé lo que hacen y lo que valen... apoyaremos el proyecto para declarar la Emergencia Vial”. Fue puesta la ficha en visibilizar la voz de quienes recorren cada tramo de Santa Cruz cuando las emergencias no daban espera.

No faltaron quejas por la pérdida del 60 % del poder adquisitivo en lo que va del gobierno de Javier Milei, y por deudas acumuladas en viáticos y horas extras. El fantasma de la estigmatización también reapareció: “Acá hay laburantes con familias... parecen preferir que la gente no nos quiera”.

Para redondear, los trabajadores mostraron preocupación por convenios firmados con la provincia que desplazan tareas de Vialidad Nacional sin respaldo operativo. “Ellos están sufriendo lo mismo que nosotros: falta de insumos y herramientas”.

La imagen queda clara: una fuerza pública operativa al límite, sostenida más por el compromiso de la gente que por la inversión estatal. Si el candidato Molina pretende ocupar banca, carga con una promesa peligrosa: revertir el desguace y poner en pie otra vez la obra pública. Está por ver si alcanza la urgencia que recién comienza a visibilizarse.

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