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Mar, Abr

Interés General

Lo que empezó como una restitución patrimonial terminó convirtiéndose en un nuevo capítulo de la novela nacional del negacionismo institucionalizado.

Este jueves por la mañana, personal de la Municipalidad de Río Gallegos se presentó en las instalaciones de Vialidad Nacional para retirar la escultura del periodista y escritor Osvaldo Bayer, removida de manera arbitraria días atrás del ingreso a la ciudad.

Aunque el Municipio contaba con la autorización formal del escultor de la obra, Jerónimo Villalba, el operativo no pudo concretarse: las autoridades de Vialidad Nacional simplemente no estaban. Se habían ido, justo después de que estallara la polémica por la remoción del monumento que homenajea al autor de La Patagonia Rebelde.

“Fuimos al predio de Vialidad Nacional, con el Municipio, listos para retirar la escultura con el permiso de su autor. Sin embargo, al no haber autoridades responsables presentes, no pudimos concretarlo y seguiremos gestionando la restitución”, explicó Silvio Escobar, asesor de la intendencia, en diálogo con la prensa.

Un símbolo incómodo para un gobierno que incomoda

La escultura de Bayer fue inaugurada el 24 de marzo de 2023, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Una fecha con carga histórica ineludible, y un autor cuya figura incomoda a los sectores que hoy pretenden relativizar o reescribir la historia reciente.

Realizada en metal calado, la obra muestra el rostro de Bayer junto a referencias a las huelgas obreras de 1921 en Santa Cruz, brutalmente reprimidas por el Ejército bajo órdenes del Estado argentino. Bayer investigó y denunció esas matanzas en su libro Los vengadores de la Patagonia trágica, obra clave para entender la represión estatal durante el siglo XX.

“Todo el país vio cómo, de manera inaceptable, personal de Vialidad Nacional retiró el monumento de Osvaldo Bayer, quien relató la historia real de la huelga de 1921”, denunció Escobar.

Pero lo que molesta no es solo el pasado. El gesto de quitar el monumento no fue neutral: se da en un contexto político en el que el Gobierno Nacional exhibe un desprecio explícito por la memoria colectiva, amparado en un discurso de “neutralidad ideológica” que en los hechos favorece el olvido selectivo.

Grasso: “Quieren borrar la historia, pero no se lo vamos a permitir”

El intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, no tardó en pronunciarse. Desde sus redes sociales, calificó la situación como un intento deliberado de “borrar la memoria colectiva”, y aseguró que el Municipio trabajará para que la escultura vuelva al espacio público.

“Nuestro objetivo es que la obra vuelva a estar dentro del ejido urbano, donde corresponde. Esto no es una cuestión partidaria, sino un intento de borrar la memoria colectiva en una fecha muy significativa”.

Las imágenes del retiro forzado del monumento ya dieron la vuelta al país, e incluso empezaron a circular en medios internacionales. El símbolo de Bayer, lejos de desaparecer, se convirtió en un nuevo frente de resistencia cultural frente a un gobierno que prefiere silenciar a quienes contaron la historia desde abajo.

¿Dónde está Bayer?

Lo insólito —y simbólicamente revelador— es que nadie sabe exactamente dónde está alojada la escultura. Vialidad Nacional no brindó explicaciones formales, ni emitió comunicado oficial sobre su decisión. Solo la retiraron y se llamaron al silencio.

Mientras tanto, el Municipio sigue presionando por la restitución, con el respaldo del escultor y la legitimidad de representar a una comunidad que no quiere que le digan qué debe recordar y qué no.

Porque el gesto de quitar a Bayer no es solo una decisión estética o técnica. Es una acción política. Y como toda acción política, tiene responsables. Aunque por ahora, se escapan por la puerta de atrás.

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