El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Fundación Rosa Luxemburgo y el Programa de Estudios Regionales y Territoriales (IGEO-UBA) acaban de publicar un durísimo informe sobre la desregulación del sistema alimentario en nuestro país.
En el documento, se alerta sobre cómo se están desmantelando políticas públicas esenciales para el acceso y consumo de alimentos. Según el estudio, entre noviembre de 2023 y julio de 2024, el gobierno eliminó unas 111 políticas relacionadas con la producción, el consumo y el apoyo alimentario. Como resultado, esto generó un brutal aumento en los precios de alimentos básicos.
Para mostrar el impacto en la vida cotidiana, el análisis incluyó un "semáforo" de políticas, clasificándolas en verde, amarillo o rojo según su efecto en la producción y el consumo. Además, compararon los costos de un plato de guiso y una taza de mate cocido con pan. Los resultados son alarmantes: el precio del guiso aumentó un 151% en ocho meses, mientras que la porción de mate cocido con pan subió un 147%. La leche en polvo, por ejemplo, incrementó su precio en un 166%. Esto afecta gravemente la capacidad de compra de quienes dependen del salario mínimo y las jubilaciones.
Consumo en baja, ganancias en alza
Durante el mismo período, el consumo de alimentos en supermercados cayó un 16%, y un 11% en mayoristas. Las caídas fueron más pronunciadas en bebidas (-26%), lácteos (-12%), carnes (-9%), frutas y verduras (-7%) y productos de almacén (-6%). Sin embargo, el informe advierte sobre una contracara alarmante: las empresas alimentarias aumentaron sus ganancias en un 1300%, y el complejo agroexportador obtuvo un incremento extraordinario de 4900%. Los investigadores concluyen que estas cifras reflejan un escenario donde es cada vez más difícil acceder a una dieta adecuada, mientras las grandes corporaciones agrarias registran beneficios históricos.
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