La obesidad, una manifestación extrema del sobrepeso, es uno de los problemas de salud más prevalentes en el mundo, con una de cada ocho personas afectadas según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque las dietas bajas en calorías son un enfoque común para la pérdida de peso, la dificultad para resistir el hambre ha llevado a muchos a fracasar en sus intentos por adelgazar. Sin embargo, un equipo de investigadores en Corea del Sur está explorando una solución innovadora que podría cambiar la forma en que se maneja este problema global.
El equipo liderado por Ki-young Shin, del Instituto de Investigación en Electrotecnología de Corea del Sur (KERI), ha desarrollado una técnica conocida como estimulación transcraneal por ruido aleatorio (tRNS) que promete suprimir el apetito de manera temporal a través de la estimulación eléctrica de la corteza cerebral. Esta estimulación, realizada de manera no invasiva a través del cuero cabelludo, se centra específicamente en el córtex prefrontal dorsolateral, una región del cerebro vinculada con la planificación y el control de las funciones ejecutivas.
La corteza cerebral, que recubre la superficie del cerebro, es un área crítica para la regulación del comportamiento y la toma de decisiones. El lóbulo frontal, en particular, juega un papel clave en la motivación y el control de impulsos, lo que lo convierte en un objetivo prometedor para la tecnología tRNS en el tratamiento de la obesidad.
Para perfeccionar este sistema de supresión del apetito, el equipo de Shin ha desarrollado tres tecnologías clave: un método preciso para administrar la estimulación eléctrica, electrodos diseñados para penetrar el cuero cabelludo sin problemas y un sistema de monitorización que asegura la correcta aplicación de la estimulación. Todas estas innovaciones están siendo refinadas con miras a optimizar su eficacia.
En un reciente ensayo clínico realizado bajo la supervisión del equipo de Hyung-jin Choi en el Hospital de la Universidad Nacional de Seúl, se evaluó la efectividad de la tRNS para reducir el apetito. Sesenta mujeres participaron en este estudio, divididas en un grupo de tratamiento y un grupo placebo. Durante dos semanas, las participantes del grupo de tratamiento recibieron seis sesiones de estimulación eléctrica, con intervalos de dos a tres días entre cada sesión. Cada sesión duró 20 minutos y utilizó una corriente de 2 miliamperios.
Los resultados fueron prometedores: el grupo sometido a tRNS experimentó una reducción notable en su apetito, en contraste con el grupo placebo. Además, el tratamiento mostró una reducción significativa en la tendencia a comer en respuesta a emociones negativas como el estrés, la ansiedad y la depresión. Aunque el estudio no se extendió lo suficiente como para confirmar la pérdida de peso a largo plazo, las participantes reportaron una disminución significativa en sus impulsos de comer.
Esta nueva tecnología podría representar un avance importante en el tratamiento de la obesidad, especialmente para aquellos que luchan por controlar su apetito debido a factores emocionales. A medida que el equipo de Shin continúe perfeccionando esta técnica, es posible que veamos en el futuro una herramienta poderosa en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad.
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