Según un estudio comparativo publicado en la revista BMJ Open, la acupuntura podría ser eficaz para mitigar el mayor riesgo de accidente cerebrovascular asociado con la artritis reumatoide.
Los hallazgos indican que este efecto parece ser independiente del sexo, la edad, el uso de medicamentos y las condiciones coexistentes, sugiriendo que la acupuntura podría reducir los niveles de proteínas proinflamatorias (citoquinas) en el cuerpo, asociadas con enfermedades cardiovasculares.
La artritis reumatoide es una enfermedad que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, siendo el accidente cerebrovascular una de las principales causas de muerte en estos pacientes. La inflamación sistémica está relacionada con este riesgo, y la acupuntura, conocida por controlar el dolor y la inflamación, se planteó como una posible intervención para reducir este riesgo.
El estudio se basó en registros médicos nacionales de adultos recién diagnosticados con artritis reumatoide entre 1997 y 2010, con un análisis final que incluyó a 23,226 pacientes, de los cuales 12,266 fueron tratados con acupuntura después del diagnóstico.
Durante el período de seguimiento, se observaron significativamente menos casos de accidente cerebrovascular isquémico entre el grupo tratado con acupuntura, con un riesgo un 43 % menor, independientemente de factores como la edad, el sexo, el uso de medicamentos y las condiciones coexistentes.
Los investigadores reconocen que este es un estudio observacional, por lo que no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre la causa y el efecto. Sin embargo, sugieren que la acupuntura podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular isquémico, al controlar las proteínas proinflamatorias y otros factores de riesgo como la presión arterial y los perfiles lipídicos.
Es importante destacar que este estudio proporciona una perspectiva interesante sobre el papel de la acupuntura en el manejo de la artritis reumatoide y la reducción del riesgo de complicaciones cardiovasculares, aunque se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y comprender mejor los mecanismos subyacentes.
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