En un contexto económico cada vez más delicado, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) enfrenta una acelerada disminución de sus reservas internacionales.
En la última semana, la entidad registró una pérdida de US$ 300 millones, lo que eleva la preocupación tanto a nivel local como internacional. Esta situación inquieta especialmente a los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes consideran la acumulación de divisas como un pilar esencial para el éxito del programa económico del presidente Javier Milei.
Este miércoles, el BCRA efectuó una venta de US$ 18 millones, tras dos jornadas con saldo positivo. Sin embargo, las reservas brutas internacionales cayeron en US$ 147 millones adicionales, situándose en US$ 29.647 millones, el nivel más bajo del año. Esta cifra evidencia la fragilidad del sistema financiero argentino en medio de una alta presión por los compromisos de deuda. El FMI ha subrayado la importancia de asegurar divisas para mantener la estabilidad macroeconómica del país.
En el mercado cambiario, el dólar blue experimentó una baja, cerrando a $1.220, lo que redujo la brecha cambiaria al 16%. No obstante, otros tipos de cambio continúan mostrando diferencias significativas respecto al oficial. El dólar MEP cotizó a $1.163,84 y el Contado con Liquidación (CCL) a $1.178,68, con brechas del 10,49% y 11,79% respectivamente. Mientras tanto, el dólar oficial minorista operó a $1.071,50.
En este entorno de alta volatilidad cambiaria, el dólar tarjeta o turista y el dólar ahorro se ubicaron en $1.391,65, reflejando la compleja situación económica que atraviesa Argentina. Además, el dólar cripto o dólar Bitcoin cotizó a $1.185,30, mientras que el Bitcoin se situó en US$ 104.053, con una leve alza respecto al cierre anterior.
La persistente caída de las reservas internacionales y la volatilidad en el mercado cambiario plantean desafíos significativos para la administración de Javier Milei. La necesidad de implementar medidas efectivas que estabilicen la economía y restauren la confianza de los inversores es más apremiante que nunca. El país se encuentra en una encrucijada donde las decisiones económicas serán determinantes para su futuro inmediato.
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