El aumento explosivo en la importación de alimentos está marcando un punto de inflexión en el sector agropecuario argentino. Según datos del INDEC, productos que históricamente se cultivaban en el país, como cebolla, zanahoria y tomate, están registrando importaciones con saltos interanuales de hasta 11.525%.
Este fenómeno no solo refleja un cambio en el comportamiento del mercado, sino que también está generando tensiones en las economías regionales.
Importaciones en números
La cebolla lidera la tendencia con 32.550 toneladas importadas en lo que va del año, mientras que las zanahorias y los tomates muestran incrementos del 5.780% y 5.776%, respectivamente. Incluso productos emblemáticos como el limón y la yerba mate están registrando alzas significativas, con crecimientos interanuales que oscilan entre 76% y 590%.
Según el ingeniero agrónomo Javier Preciado Patiño, “las condiciones macroeconómicas actuales hacen muy rentable importar alimentos, algo que antes no ocurría”. Esto, asegura, ejerce presión sobre los productores locales, obligándolos a bajar precios para competir con los productos extranjeros.
En provincias como Catamarca, los costos de producción superan los precios del mercado. “Algunos productores directamente han optado por no levantar la cosecha. En ciertos casos, es más barato pasar una rastra por el lote que cosechar”, explicó Preciado Patiño.
Países vecinos como protagonistas
El auge de importaciones tiene como principal denominador común la proximidad geográfica. En el caso del tomate, Paraguay aporta el 60% del volumen importado, seguido por Chile (31%) y Brasil (9%). La disparidad de precios es notable: mientras que el tomate paraguayo ingresa al país con un valor promedio de u$s0,14 por kilo, el chileno llega a u$s1,28, una diferencia que evidencia la heterogeneidad del mercado.
El ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Carlos Giménez, celebró estas operaciones en declaraciones a Radio 10. “Hemos enviado aproximadamente 1.700.000 kilos de tomate al mercado argentino, y esperamos incrementar esas cifras el año próximo”, adelantó.
Impacto en las economías regionales
El informe del Instituto de Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) subraya que este escenario sería impensable sin la combinación de factores como la apreciación cambiaria y la eliminación del Impuesto PAIS, que reducen costos y favorecen las importaciones. Sin embargo, esta dinámica amenaza la sostenibilidad de los productores locales, quienes enfrentan costos de producción cada vez más altos.
Organizaciones del agro advierten sobre un creciente malestar en el sector. “Estamos llegando al límite. No podemos competir con precios que están por debajo de nuestros costos de producción”, señalaron desde una cámara de productores hortícolas.
El desafío hacia adelante
Con el inicio de 2025 a la vista, el desafío para el Gobierno será equilibrar la disciplina de precios que generan las importaciones con la protección de las economías regionales. Mientras tanto, el campo eleva el tono de sus reclamos y advierte que, de no haber cambios en las políticas públicas, podría haber consecuencias en el abastecimiento y el empleo rural.
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