En la noche del sábado, la Sala de la Cultura ubicada en Paso de los Arrieros 2370 se transformó en un escenario de emoción, arte y memoria viva.
Una vez más, la Milonga Municipal reunió a los y las amantes del tango de Río Gallegos en una velada que combinó música en vivo, danza y reconocimientos, bajo la organización de la Secretaría de Desarrollo Comunitario, a través de la Dirección de Gestión Cultural.
El evento, ya clásico en la agenda cultural de la ciudad, no fue solo una celebración del tango como expresión popular, sino también un acto de justicia emotiva, donde se homenajeó a Fabricio Daniele, profesor del taller de tango del Centro Cultural Orkeke, recientemente jubilado tras una extensa trayectoria en el municipio.
Una noche de música, abrazos y legado
La milonga fue un desfile de talento y pasión, con la participación destacada de artistas como el Dúo Hermanos Bahamonde, Andrea Moreno, Cambalache Trío, la Orquesta Mata Negra, Zenón Toconas y La Furia Daniele, quienes mantuvieron viva la tradición tanguera con una calidez escénica que hizo vibrar a los presentes.
Entre tandas de baile, hubo un momento que silenció a la sala: el homenaje a Fabricio Daniele, recibido con aplausos largos, abrazos sinceros y palabras que recorrieron su paso por la Municipalidad desde 1993 hasta hoy.
“Ingresó el 27 de abril de 1993 en Tesorería. Pasó por Compras, SEMCO, Obras Viales e Inspecciones. Pero fue en el tango donde encontró su lugar, como tallerista en el Orkeke, junto a su gran amiga Teresa Coronel”, recordaron con emoción sus compañeros.
Un reconocimiento con sabor a comunidad
El homenaje no fue solo institucional. Fue una devolución afectiva de toda una comunidad que lo abrazó como referente, como compañero y como ser humano. Se destacó su humildad, constancia y capacidad de superación, cualidades que lo convirtieron en una figura entrañable dentro del circuito cultural local.
“Hoy lo reconocemos como lo que siempre fue: un gran compañero y un apasionado del tango”, se escuchó decir desde el micrófono, antes del aplauso de pie que cerró el momento.
Una milonga que dice más que mil discursos
En tiempos donde lo urgente suele tapar lo importante, la Milonga Municipal volvió a demostrar que la cultura sigue siendo un refugio y un acto de resistencia colectiva. Cada pareja que bailó, cada bandoneón que sonó, cada palabra de agradecimiento tejió un relato de pertenencia, identidad y memoria compartida.
Y Fabricio Daniele, desde ese lugar donde ya no enseña con títulos pero sí con historia, dejó grabado en el aire que el tango no es solo música ni baile: es una forma de estar presente en el mundo.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música