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Lun, Feb

Interés General

Con una convocatoria masiva en más de 100 ciudades argentinas y en el exterior, la Marcha Federal Antifascista y Antirracista marcó un hito en la resistencia social contra el gobierno de Javier Milei. Cerca de 500 mil personas se movilizaron en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que en el resto del país, la adhesión superó el millón y medio.

La movilización nació como respuesta al discurso de Milei en el Foro de Davos, donde utilizó datos tergiversados y ataques a las diversidades, las mujeres y los sectores más vulnerables. Fue autogestionada desde los colectivos de diversidad sexual, con fuerte impulso de la Asamblea Antifascista LGBTIQ+, y rápidamente sumó adhesiones de organismos de derechos humanos, sindicatos, movimientos sociales y referentes políticos.

La sociedad le dice basta al odio

«La marcha fue multitudinaria. Es la expresión de una sociedad que no va a renunciar a la diversidad y a la igualdad. Le decimos basta a la discriminación y a la violencia del gobierno de Milei», expresó María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).

La cabecera de la marcha estuvo integrada por los colectivos LGBT+, travestis, trans, madres y padres de hijes trans, migrantes y trabajadores precarizados. También dijeron presente las Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, junto con otros organismos de derechos humanos y sindicatos.

Las consignas fueron claras:

  • Al fascismo, nunca más
  • Basta con la motosierra: no a los discursos de odio
  • Cogerse al pueblo es lo que está mal
  • Mariconazos sí, mariconazis no
  • Argentina nunca será fascista

De Buenos Aires al mundo: la resistencia se hace global

La marcha traspasó fronteras y se replicó en más de 20 ciudades del mundo. Frente a embajadas argentinas, se registraron protestas en Nueva York, Madrid, Londres, Berlín, París, Roma, Ámsterdam, Santiago de Chile, San Pablo, Ciudad de México y Río de Janeiro, entre otras.

Desde la Asamblea Antifascista y Antirracista, destacaron que la convocatoria logró instalar en la agenda internacional la preocupación por el avance de políticas reaccionarias en Argentina.

Un mensaje directo al gobierno

El impacto político de la movilización no pasó desapercibido. En la Ciudad de Buenos Aires, la marcha contó con la presencia de Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Juan Grabois, Myriam Bregman y Nicolás del Caño, entre otros dirigentes.

Desde la CGT y la CTA, se destacó la importancia de la articulación con el movimiento feminista y de diversidades. Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación de Trabajadores de Prensa, advirtió:

«El único objetivo de Milei es intimidarnos y que retrocedamos. Pero la sociedad salió masivamente a las calles. Nos vamos a encontrar ahí todas las veces que haga falta».

También se sumaron artistas como Lali Espósito y María Becerra, que fueron aclamadas por la multitud. En tanto, la canción «Fanático», de Pedro Rosemblat, se convirtió en un himno de la jornada.

Voces de la resistencia

Desde distintos sectores, la consigna fue clara: «Al fascismo se lo combate en las calles».

🗣️ Facundo, militante de derechos humanos:
«No podemos permitir que el gobierno nos lleve 40 años atrás en derechos humanos».

🗣️ René, migrante salvadoreño:
«Las poblaciones minoritarias somos el chivo expiatorio de su política de odio».

🗣️ Carmen, jubilada de 71 años:
«Hemos pasado por cosas muy feas, pero salimos adelante. Ahora también vamos a salir».

Cultura y resistencia

La marcha tuvo un fuerte componente artístico y festivo, con la presencia de drags, performers y músicos. Susy Shock, desde el escenario, arengó a la multitud:

«Vamos a construir un país antifascista y antirracista de punta a punta».

Al cierre de la jornada, la imagen de una Plaza de Mayo repleta, con banderas del Orgullo, de las Madres y de los sindicatos, dejó en claro que la resistencia al ajuste y al odio recién empieza.

«Adonde vayan, los iremos a buscar», coreó la multitud.

 

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