El filósofo y profesor titular de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Santiago Liaudat, ha lanzado una fuerte advertencia sobre lo que denomina "cientificidio", refiriéndose a las políticas del gobierno de Javier Milei en relación con el sector científico-tecnológico del país.
Según Liaudat, el concepto de cientificidio no se trata solo de un ajuste económico, sino de un proceso de destrucción sistemática que afecta no solo el financiamiento, sino también el entramado institucional y normativo que ha sostenido la ciencia en Argentina durante décadas.
En el contexto de la presentación del proyecto de presupuesto para 2025, queda claro que el área de ciencia y tecnología no es prioritaria para la administración de Milei. El documento propone nuevos ajustes y la eliminación de leyes que han asegurado el impulso de actividades esenciales para la generación de conocimiento en el país, poniendo en riesgo no solo el futuro del sector, sino también su estabilidad presente.
Liaudat, parte de la Mesa Federal de Ciencia y Tecnología, enfatiza que el cientificidio es mucho más que un simple desfinanciamiento. "No es una política habitual de ajuste", señala, rechazando los argumentos típicos del pensamiento liberal que justifican recortes para equilibrar el presupuesto. Lo que se está viviendo, según él, es un ataque integral que afecta las leyes, regulaciones y la propia estructura institucional del sistema científico argentino.
El plan de La Libertad Avanza, en palabras de Liaudat, abarca diferentes frentes: recortes en presupuesto, ataques a las normativas y despidos que provocan un deterioro de las condiciones laborales y salariales del personal científico. Este proceso genera una preocupante fuga de recursos humanos, debilitando el sector desde dentro.
Liaudat subraya que las políticas en cuestión van más allá de lo fiscal, y advierte sobre las motivaciones geopolíticas e ideológicas que parecen estar detrás de este desmantelamiento, muchas de ellas ligadas a un pensamiento anarcocapitalista. El término "cientificidio" se emplea, entonces, para reflejar una estrategia que no solo erosiona el financiamiento, sino que busca desmontar las bases mismas de la producción de conocimiento en Argentina.
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