fbpx
30
Vie, May

Salud

Ampollas infectadas con bacterias resistentes circularon por hospitales de Buenos Aires y Santa Fe. La ANMAT clausuró laboratorios y la Justicia investiga sabotaje.

El medicamento debía calmar el dolor. Terminó provocando una masacre silenciosa. Al menos 33 personas murieron en hospitales de Buenos Aires y Santa Fe tras recibir fentanilo contaminado con bacterias resistentes, en lo que ya se considera la peor crisis sanitaria por contaminación farmacéutica del año.

La tragedia comenzó a mediados de abril, cuando el Hospital Italiano de La Plata encendió la alarma: las ampollas de fentanilo elaboradas por HLB Pharma Group S.A., en asociación con Laboratorio Ramallo S.A., contenían dos cepas altamente peligrosas: Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, ambas resistentes a tratamientos antibióticos convencionales.

El dato más devastador es que la mayoría de las víctimas se encontraba intubada o en terapia intensiva, y fue allí donde se administró el medicamento mortal. El fentanilo, un opioide de altísima potencia, es de uso habitual en cuadros críticos y anestesia intensiva.

Mapa del horror

Según el informe elaborado por la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”, y confirmado por la ANMAT, los fallecimientos se distribuyeron en seis centros médicos:

Hospital Italiano de La Plata: 15 muertos
Sanatorio Parque de Rosario: 9
Hospital Clemente Álvarez (Rosario): 6
Sanatorio Dupuytren (CABA): 1
Hospital Cullen (Santa Fe): 1
Hospital Italiano de Rosario: 1

Además, se reportan más de 50 personas infectadas, muchas de ellas aún en tratamiento.

Suspensión, clausura y sabotaje

Frente al escándalo, la ANMAT ordenó de inmediato el retiro del lote afectado y suspendió a HLB Pharma y Laboratorio Ramallo. Las inspecciones detectaron graves irregularidades en los protocolos de control de calidad.

La causa quedó en manos del juez federal Ernesto Kreplak, quien ordenó allanamientos simultáneos en las sedes de los laboratorios y en la droguería Nueva Era, sospechada de distribuir parte del lote contaminado.

En uno de los episodios más inquietantes, directivos de HLB denunciaron un presunto sabotaje: la oficina de Garantía de Calidad fue forzada y destruyeron documentos clave sobre el control del producto. La hipótesis del “boicot interno” ahora es parte de la investigación.

Una cadena de responsabilidades

Kreplak solicitó a los ministerios de Salud provinciales que detallen si hubo otras internaciones con cuadros similares. Mientras tanto, el vacío de control estatal, la negligencia privada y la ausencia de trazabilidad farmacológica quedan expuestos ante una ciudadanía que aún no encuentra respuesta.

“La industria farmacéutica no puede jugar a la ruleta rusa con la vida de los pacientes”, expresó una fuente judicial cercana al caso. “Esto no fue un accidente. Fue una cadena de decisiones mal tomadas o directamente criminales”.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música